Las 3 c’s del cambio
Podemos afrontar y superar cualquiera de nuestros miedos.
Pero aunque todos podamos hacerlo eso no significa que sea fácil. Afrontar nuestros “lobos” requiere de lo que yo llamo las tres c’s del cambio:
La primera “c” es la Consciencia, sólo cuando somos conscientes de que algo pasa podremos cambiarlo. El autoengaño es uno de los problemas más importantes que afronta a nivel emocional nuestra sociedad. Tenemos unos impresionantes mecanismos de defensa que nos protegen de lo que nuestra mente considera dañino y a veces estamos tan apegados a esos mecanismos que pensamos que nosotros mismos somos así. Nos identificamos con las defensas de nuestro ego (o de nuestra mente) que nos permiten sentirnos seguros ante determinadas circunstancias y pagamos un enorme precio: nuestra libertad. Cada uno de nosotros somos exactamente lo que deseamos ser y si algo de nosotros nos hace sentir mal es que eso no somos nosotros. Como por pura definición es imposible que nos sintamos mal siendo lo que somos cada vez que nos sentimos mal es una extraordinaria señal que nos indica que hemos entrado en nuestras “personalidades defensivas” y ser consciente de que eso que me molesta, asusta, limita y/o entristece no soy yo es el primer paso para cambiarlo.
La segunda “c” del cambio es el Coraje. Como veíamos en el anterior post, una vez soy consciente de mis miedos o limitaciones se necesita mucho coraje para enfrentarme a ello. En ocasiones llevamos años defendiéndonos y huyendo de ello con lo que llevamos años agrandándolo. Porque cualquier miedo se alimenta de nuestros pensamientos sobre él, sólo si nosotros lo alimentamos podrá crecer, si dejamos de pensarlo y tenemos la valentía de avanzar hacía ello será cuando esos miedos construidos desaparezcan. Sentir la sensación es una pauta que hemos dado muchas veces en este blog. Acomodarnos en el “yo soy así” o en “es el otro el que tiene que cambiar” tan sólo nos inmoviliza y nos quita poder.
Y para poder tener el coraje necesitamos imprescindiblemente la tercera “c” del cambio, el Cariño. Sólo desde el amor por nosotros mismos podremos desarrollar la seguridad y la fuerza para afrontar nuestros miedos. No podemos olvidar que la mayoría de ellos se construyeron cuando éramos unos niños vulnerables y dependientes y que la zona del cerebro donde se grabó esa instrucción de miedo sigue anclada en esa edad. Y todos sabemos que para que un niño se enfrente a algo que le atemoriza necesita ineludiblemente que el adulto de referencia le de seguridad y cariño. ¿Qué ocurre si gritamos o insultamos a un niño que, por ejemplo, no quiere entrar en la piscina porque le da miedo el agua? Pues que su miedo y su resistencia aumentarán y sus mecanismos de defensa empezarán a mandar señales de peligro ante el agua provocadas por el miedo inicial y por la necesidad de defenderse ante nuestra presión. En el futuro seguirá cada vez más justificando su miedo “a mi no me gusta el agua”, “no me apetece la piscina”, etc. que irá creando un circulo vicioso que le podrá llevar a limitar su vida y disfrutar del placer de la piscina o el mar. ¿Y cómo nos tratamos a nosotros mismos cuando cometemos un error o nos da miedo algo que supuestamente tendríamos que tener superado? pues o con una crítica salvaje hacía nosotros mismos que nos debilita o con mil y una justificaciones que sólo alimentan nuestros miedos.
Así pues empecemos por tratarnos a nosotros con mucho cariño (cuidar a nuestro niño interior) para así poder desarrollar la fuerza para poder tener el coraje suficiente para afrontar aquello que no necesitamos seguir justificando y ante lo que ya somos conscientes. Y si solos sentimos que no podemos, pues pidamos ayuda que en ocasiones necesitamos a un profesional que nos ayude a llegar a esas zonas límbicas que hemos protegido con muros y muros de mecanismos de defensa.
Una vez me dijeron: coge a esa niña y susurrale o dile al oído que siempre vas a estar ahí para protegerla, que le vas a dar ese cariño,esa protección que ella necesita, diselo,repitele que siempre estarás ahí para protegerla, que cuidaras de ella. Yo tenia esa carencia,creo me convirtió(mi carencia)en víctima de otra víctima cuando mi necesidad de ser amada eclipso mi necesidad de ser respetada.
Igual que le sucedió a la princesa que creía en los cuentos de hadas.
Gracias a que busque ayuda y sobre todo a ti Antonio, yo en un momento presente de mi vida pude comprender y entender esto.
Hoy me pone un poquito mas fácil creo, esta triple suma.
Muchisimas gracias.
En esta sociedad las apariencias físicas, psiquicas, materiales, ECLIPSAN esos valores internos de la experiencia y la sabiduría. Es por ello que merece la pena recuperar el cultivo de algo que no tiene edad y que por otra parte hace feliz al ser humano, su capacidad de ofrecer y de amar (Cuentos para aprender a aprender,José María Doria)
Al fin y al cabo un ECLIPSE tiene su periodo de duración no es eterno.
Ocultar oscurecer,
me quedo con sus antónimos
Aclarar iluminar.
Gracias por lo que ahora soy capaz de ver al mirar.
Hola, buenos días. Ya se que esto es un blog, no es una consulta , pero aun así, hoy he entrado en vuestra página por primera vez y como he asistido a algún curso de Antonio de Dios, me interesa su opinión como experto en intervención en crisis, en pacientes difíciles, etc, etc, etc.
Tengo una duda o quizá una pregunta, mas sobre el desenlace que sobre la intervención del siguiente caso:
Desde que un niño (6 años), es consciente de su miedo, a estar lejos de su figura de referencia (madre, padre) entiende lo que le pasa y sabe que debe decirse y hacer, para afrontarlo, al igual que sus padres.
¿Cuanto tiempo aproximado, según tu experiencia, puede tardar, en darle paso a ese miedo?.
En realidad mi pregunta, como profesional, madre, y despues de un trabajo que dura ya 8 meses, tanto a nivel conductual, como a nivel cognitivo, con el propio niño, conmigo misma y con el padre y viendo logicamente ya grandes avances, ¿es posible la superación total de ese miedo?, ¿cuanto debe pasar para que no muestre ningun mínimo síntoma o duda a la hora de enfrentarse a determinadas situaciones?¿qué pasa con sistema límbico en este caso?
Estimada AGV,
como bien comentas el blog no es el mejor lugar para poder responderte a una pregunta clínica sobre tu hijo, entre otras cosas porque nos falta información, los miedos se pasan completamente tras el tratamiento cuando lo que lo provoca también se pasa. Necesitamos información sobre que es lo que lo ha provocado, cual es la relación entre los padres, etc. Como esa es información privada te recomiendo que le mandes un mail a Sylvia, que es nuestra experta en psicología infantil, y ella te asesora o responderá gustosa a tus preguntas. Su mail es srivera@avatarpsicologos.es
Se que solo tengo 16 años y que puede que no tenga mucha sabiduria. Pero estos últimos 2 años me han dado las ‘herramientas’ suficientes para afrontar el cambio. No he sido realmente consciente que que tenia que cambiar hasta que toqué fondo, eso no implica que sea algo malo, prefiero verlo como una forma de tomar impulso y coraje suficiente para lo que se avecina. Cariño, lo que se dice cariño hacia mi persona no tenia. Para ser sincera, me despreciaba. Hasta que me di cuenta que que cada persona es única, especial y maravillosa a su manera.
Asi que con a la ayuda de una gran persona como es Estefanía, mi familia y mis ganas de seguir luchando, puedo decir que ESTOY PREPARADA PARA EL CAMBIO.
Gracias por ayudarme a avanzar.