Claves para la superación de retos
Cuando la Asociación Española contra el Cancer de Granada me invitó a dar una conferencia en el “Retobike 3000”, un reto en el que tres sobrevivientes al cáncer iban a recorrer en bici la distancia entre Motril a 0 metros sobre el nivel del mar, y El Veleta en Sierra Nevada, a 3.000 mts. sobre el nivel del mar, no lo dude un segundo, por el aprecio a la persona que me había recomendado para dar esa charla como por el proyecto en sí. Lo que no sabía es que iba a aprender más de lo que iba a comunicar, tanto preparando la charla como compartiendo con esas tres personas tan especiales capaces de llevar una experiencia tan difícil de la vida a una lección de superación.
¿Y que es lo que tenemos que tener en cuenta a la hora de superar un reto?
Lo primero que tenemos que construir es una visión. Es posible que en los primeros instantes de un reto lo que queramos es escapar de él o quejarnos de por qué la vida nos lo pone tan difícil. Ya vimos en el post anterior que la vida es difícil y que es precisamente esa dificultad lo que nos ayuda a crecer y a mejorar como personas. Si no tuviésemos retos estaríamos estancados así que la vida nos da un empujoncito trayéndonos problemas cuando nos aferramos demasiado a nuestra zona de confort.
Como dice John Demartini, la vida nunca te pone un problema que no puedas superar. Y parte de esa visión es tomar la distanciad adecuada para ver el problema o conflicto con la suficiente perspectiva como para llegar a agradecer las bendiciones que esconde. Hay veces que esto solo lo podemos ver tiempo después de superado el problema, dándonos cuenta de que si no nos hubiese pasado aquello jamás habríamos desarrollado alguna de las características que nos hacen únicos ahora. Otras veces la consciencia de ese deseo de crecimiento es lo que nos pone en marcha para abordar el reto con la energía y la pasión que, normalmente, son necesarias.
Cuando no existe esa visión es posible que estemos atrapados en la queja, un lugar cómodo donde podemos perder todo el tiempo del mundo esperando algún cambio que venga del exterior. Esperar que algo o alguien de fuera solucione el reto por nosotros es autoengañarnos, solo cuando nos responsabilizamos sobre lo que hay en nuestra vida y nos preguntamos “¿Qué puedo hacer YO ante esto?” Podremos empezar a crear soluciones.
Por eso otra de las variables imprescindibles para superar un reto es la proactividad, ya hemos hablado mucho de ese concepto así que no me voy a enrollar con ello. Centrarnos en lo que SÍ podemos hacer en vez de quejarnos sobre todas las dificultades y todas las cosas que NO podemos hacer es básico para salir de una situación crecidos.
Y para ello tenemos que tener un motivo, algo que nos mueva, que nos de la fuerza y la motivación para enfrentarnos a lo difícil. De eso van los retos elegidos, como este Retobike 3000, de buscar un objetivo que me lleve más allá de lo que he conseguido hasta ahora y que me proporcione un beneficio equilibrado con el esfuerzo que supone. No te engañes, nadie va a hacer nada difícil si no hay una satisfacción detrás que merezca la pena y el esfuerzo. Ser capaz de ver el posible beneficio escondido tras el problema o tener unos objetivos claros es el motor que nos lleva a la acción.
Y entonces tenemos que desarrollar el coraje para enfrentar el miedo. Cuando una parte de nosotros haya decidido que quiere conseguir algo otra parte, tan pronto como detecte el riesgo, va a salir a defendernos ¿Cómo? Buscando mil excusas para, como dice el dicho, virgencita que me quede como estoy. Pero eso no es posible, una vez recibida la llamada podemos luchar contra ella pero es muy difícil quedarse atrás, algo muy dentro de nosotros ha vislumbrado un camino de crecimiento y si nos resistimos el malestar nos invadirá. Así que es necesario pararnos un instante a unir esas partes de nosotros para que trabajen en una misma dirección, la parte más sabia debe escuchar al miedo (sin creerse lo que el miedo dice) y darle la seguridad de que si se puede, quizá el reto hubiese sido imposible en el pasado, pero ahora, si lo puedo imaginar puedo conseguirlo porque los recursos que tengo ahora seguro que son más poderosos de los que he tenido nunca. En nuestro corazón habrá una pelea entre dos lobos, como ya hablamos en su momento, y tendremos que decidir cuál de ellos vamos a alimentar.
Y para conseguir todo ello necesitamos confianza, sobre todo en nosotros mismos, pero también en la vida y en las personas que tenemos alrededor y que nos pueden ayudar. Ser íntegros, observando con honestidad nuestras capacidades frente al reto que tenemos delante y si el reto es verdaderamente nuestro, tener una intención que esté en consonancia con nuestros valores y desarrollar el compromiso de equilibrar esfuerzo y beneficios son cosas que desarrollaran nuestra confianza y nos llenarán de fuerza.
Aunque, como siempre, lo más importante es el Amor. La fuerza que nos mueve y que garantizará nuestro éxito en aquello que la vida nos ponga delante y rodearlo todo con la fuerza interna del amor, la tercera de las 3 c’s del cambio y, sin duda, la más importante.