
Lo complicado es cuando el problema no es real
Una paciente llena de ansiedad me transmitía su sorpresa por lo bien que había reaccionado ante una situación vital que había tenido que enfrentar esa semana. Mi respuesta es la que le he dado a muchas otras personas en consulta:
“¡Claro! porque ese es un problema real. Y como para los problemas reales solemos utilizar nuestros recursos pues el resultado es que los resolvemos bien. Lo complicado es cuando el problema no es real, porque entonces lo único que hacemos es darle vueltas en la cabeza porque no podemos hacer nada en la realidad porque el problema no está ahí. Como está dentro de nuestra imaginación tratamos y allí no resolvemos nada pues solo nos queda darle vueltas una y otra vez al problema. Y como ya sabes allí donde ponemos la atención va la energía así que al poner la atención en un problema que no podemos resolver la energía es secuestrada por el miedo y el miedo alimenta el problema creando mil y una justificaciones en el pasado o futuro para que la situación sea todavía más catastrófica”.
“La paradoja es que cuando el problema es real el miedo te lleva a la acción y a resolverlo, tu mente se pone en modo solución y la ansiedad no existe, es energía enfocada en la solución lo que te transmite sensación de seguridad. Por eso los más peligrosos son los problemas que no están pasando pero que tu mente construye que podrían pasar. Especialmente si dejas de diferenciar entre posibilidad, las infinitas posibilidades que tu mente es capaz de imaginar, y probabilidad, el porcentaje de que eso que imaginas ocurra de verdad, entonces es cuando te lías de verdad”.
Pero bueno, esa diferencia importante entre posibilidad y probabilidad ese es tema para otro post.