Dejar de defender las defensas
Cuando un paciente con profundas heridas del Alma deja de defender las defensas que construyó para sobrevivir y se abre a su vulnerabilidad para contactar con su esencia, no sólo algo muy profundo cambia en él sino que todo el mundo se ve movilizado por su acto de valor.
Transitar el camino desde ego, la programación que creamos en nuestra mente para sobrevivir en el mundo de creencias de nuestra cultura y de nuestra familia, hasta la esencia, lo más profundo en nosotros mismos, esa parte que está conectada con el Amor que somos, es la aventura más fascinante que podemos transitar, me atrevería a decir que es la misión más importante de nuestra vida, llegar a conectar con el amor que somos y qué podemos reflejar al mundo.
Ser testigo directo de ese proceso, tan difícil cuando las heridas son profundas (y cuanto más profundas las heridas más elaboradas y rígidas las defensas), es un momento mágico que el paciente te regala y que transforma profundamente tu corazón, porque en su camino te lleva a ti por delante haciendo imposible que sigas defendiendo tus propias defensas y tú zona de confort.
Deshacerse de los pensamientos que nos llevan a culpar a los demás de nuestras emociones y darnos cuenta de que lo que siento tiene directamente que ver con los juicios que yo emito y no con lo que pasa produce una liberación que cambia por completo el color con el que interpretamos la realidad. Y cuando descubres que la realidad está en tu paleta de colores puedes pintarla en los tonos que desees en cada momento, puedes entonces elegir la paz en vez de el conflicto, puedes elegir transitar el camino del juicio o el de la comprensión, puedes incluso darte permiso para merecer Amor… sabiendo que ni si quiera es real, porque lo único real es que eres puro Amor y la vida es el camino para llegar a sentir esa verdad en tu corazón.
Namasté
Antonio de Dios González
Más información en el enlace https://youtu.be/nqh6T_7yTJU