EL ENEMIGO INVISIBLE

EL ENEMIGO INVISIBLE

No hay peor enemigo que el que no se ve… Porque no sabemos que tenemos que luchar contra él, levantarnos y decirle ¡Se acabó no volveré a ser tu víctima!

Este enemigo del que hablo es el machismo encubierto, está entre nosotras pero es tan sutil, tan sigiloso, está tan arraigado dentro de tod@s que lo aceptamos como bueno e incluso, en ocasiones, lo ejercemos contra nosotras mismas.

Me gustaría divagar sobre este último, el machismo que vive dentro de nosotras, ese que está presente en cada paso que damos, en cada decisión que tomamos y que nos agrede en silencio haciéndonos sentir culpables, incapaces, torpes … poniéndonos barreras en cada paso que queremos dar hacia adelante.

Este machismo nos habla tan bajito y desde tan profundo que incluso nuestra parte consciente lo siente como propio, no como algo que se nos ha dado desde fuera a través de la socialización: “No eres lo suficiente fuerte para lograrlo…” “Una mujer no debe hacer estas cosas…” “Esto te pasa por egoísta…”

pexels-photo-235470Llega a nosotras desde diferentes entornos que vamos transitando a lo largo de nuestra vida y a través de personas que amamos y respetamos. Nos llega en forma de cuentos, canciones, chistes, consejos etc. que nos transmiten nuestra madre, padre, abuel@, maestr@ con todo el cariño del mundo: “Caperucita no te pares de flor en flor, sino el lobo te comerá…” “Ella era blanca y pura como la nieve…” “Una niña fue a jugar pero no pudo jugar porque tenía que fregar, así fregaba, así, así… ““Calladita estas más guapa” “Las niñas no son redichas…” Y llegamos a la edad adulta y empieza nuestra lucha interna con esa mujer tradicional y esa otra mujer que quiere ser libre que quiere ser igual a sus iguales y compañeros de vida. Y cada vez que esa mujer que quiere ser libre grita un poco más fuerte, su parte más tradicional con Caperucita, Blancanieves y la imagen de su madre sacrificando su vida por la familia, la intenta tranquilizar y acallar.

Podemos empezar el cambio hacia la igualdad desde nuestro interior, comenzando por reconocer ese machismo invisible que habita en nosotras, tratarnos con el cariño, respeto y compresión que nos debemos hacia nosotras mismas y hacia nuestras iguales.Desde el compañerismo y trabajo en equipo, al lado de nuestras congéneres, podemos conseguir cambiar nuestro futuro y el de las mujeres que vendrán. Convirtiéndonos en modelos en los que la mujer sufridora y abnegada dé paso a una mujer fuerte y valiente que pueda pararse de flor en flor y salir a la calle a jugar antes de fregar.[/p]



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