El camino. La llegada
La llegada a la catedral de Santiago es un momento único y muy emocionante. Pero es curioso que en mi caso, quizá por la situación particular en la que yo he hecho este viaje, la emoción me llegó en los primeros kilómetros de la etapa. Cada día los primeros kilómetros han estado llenos de mensajes, reflexiones y conclusiones que se resolvían rápidamente dejando el resto del camino simplemente al disfrute.
Así que en esos primeros kilómetros, sabiendo que recorría la ultima etapa me llené de amor y agradecimiento, llegaban a mi mente las personas con las que transito el camino vital, desde mi familia hasta mis amigos/as, un verdadero tesoro en mi vida, hasta por supuesto la conexión conmigo mismo, uno de los objetivos y los grandes beneficios de esta experiencia.
Sentía en cada paso el agradecimiento a la vida, a las cosas que si tengo, incluso a los retos que la vida me ha puesto delante porque todo cobraba sentido en esta experiencia evolutiva que transitamos en la tierra.
Y sentí también esas lágrimas de gratitud de las que habla John Demartini cuando entiendes el verdadero equilibrio de todo y entras en un profundo agradecimiento. Eso que sentí en los primeros kilómetros tuvo su culminación al entrar en la maravillosa plaza del obradoiro y sentarme delante de esa maravilla de la creación humana que es la catedral de Santiago.
Allí, sin las botas, con la sensación de satisfacción de haber terminado el camino y haciendo mía la alegría de cada uno de los peregrinos que como yo llegaban a ese momento, vibrando con sus objetivos, su esfuerzo, sus anhelos, sus pasiones y su satisfacción con la llegada, me quede en silencio unos minutos dejando que todo el aprendizaje, todas las vivencias y todas las experiencias fueran asentándose dentro de mi. Y que desde ese lugar profundo me acompañen en este nuevo transitar, porque el final de un camino no es sino el comienzo de un camino nuevo y yo este quiero transitarlo en un estado de suavidad y sencillez, donde la emoción que guíe sea una suave admiración.
Gracias por haberme acompañado, os deseo “buen camino” (que expresión tan bonita y profunda tanto cuando la emites como cuando la recibes, aunque eso es contenido para otro post).
Antonio
Cuando emprendes un camino, sabes a donde vas, cual es tu objetivo, entiendo que la emoción mayor la sientas en el primer paso que das, ya estás sintiendo bajo tus pies como empieza a entrar en su ser más profundo lo que ibas buscando, te ibas llenando de respuestas, de mensajes hasta que cumpliste tu misión y ya seguiste con gozo y Amor una maravillosa excursión.
Lo normal es hacerlo al revés entrar expectantes en el camino intentando llegar a la plaza del obradoiro sintiéndonos renovados por todo lo que el camino, la gente conocidos y desconocidos, nos han aportado, las enseñanzas son multiples y valiososas. Tu viaje ha sido intimista profundo, de crecimiento personal, en silencio. te felicito por la magnífica idea de la planificación y me siento agradecida de que lo hayas compartido.