Personas II

Personas II

Ya me ha pasado más de una vez que una de las entradas del blog empieza a ser atacada con cientos de mensajes spam. Es muy molesto porque aunque los vas borrando no paran de llegar. La última vez que pasó acabe borrando la entrada para dejar de recibir esos mensajes y desde hace un tiempo han vuelto al ataque con otra entrada del post. Pero esta en vez de eliminarla la voy a actualizar. Porque actualizado está en mi el agradecimiento a todas esas personas que han pasado por mi vida, me han regalado momentos increíblemente valiosos y me han ayudado a esculpir la persona que soy hoy. Si en algo soy afortunado es en las personas que han pasado por mi Vida y hoy, en respuesta al spam, simplemente vuelvo a agradecer su presencia. A aquellas del 2012 cuando lo escribí y a las importantes que han llegado a mi vida en estos últimos 8 años. Porque al volver a leerla descubro que esta entrada es atemporal. GRACIAS.

Personas

Hay personas que te cambian la vida.

Hay personas que llegan en el instante preciso y, queriendo o sin querer, tocan la tecla que necesitas en ese momento para superar tu aletargamiento, tus limitaciones o tus creencias obsoletas. En ocasiones tocan la tecla que tú tienes ahí expuesta, otras tocan justo esa que más escondías, la que más tratabas de proteger y de mantener alejada de miradas curiosas. Algunas veces te das cuenta de que la han tocado al instante y te da tiempo a agradecer lo recibido. Otras te das cuenta mucho tiempo después, sin tiempo ya para agradecer o, incluso, pedir disculpas por la agresión emitida a cambio del regalo inesperado y muchas veces incómodo que no fuiste capaz de ver. Y te das cuenta que, de haberlo sabido, no te hubiese gustado dejarlas ir y que te arrepientes de haberles culpado de tu dolor cuando en realidad solo te estaban dando la oportunidad de curar esas heridas enquistadas del pasado. Pero es que abrir las defensas y expandir los límites suele ser incómodo, tanto como necesario.

La Vida es sorprendente e impredecible pero los vínculos lo son todavía más. Las relaciones con otros seres humanos son, sin duda, las experiencias que más nos hacen crecer. Y cuanto más crecemos más enriquecedoras son nuestras relaciones, supongo que porque la madurez de la relación más importante, la que tenemos con nosotros mismos, nos permite aumentar la calidad de la que tenemos con los demás.

Hay relaciones que son enriquecedoras desde el primer instante, son tan mágicas que no dependen de nada, simplemente son dos seres humanos conectando en planos que no podemos explicar. Otras veces los vínculos se cuecen a fuego lento y van creciendo durante toda una vida, superando cambios vitales, tormentas y esos errores variados tan humanos que solemos cometer con los que tenemos más cerca.

También las hay que son un chispazo que ilumina todo por un instante para luego difuminarse como los colores de un cohete de fuegos artificiales en el cielo.

Y están las que vienen y van, es alucinante esas personas que aparecen justo en el momento en el que las necesitas para desaparecer luego otras decenas de meses. Aunque por mucho que estén desaparecidas han dejado un poso en tu corazón que te hace sentirlas cerca más allá de tiempos y distancias.

Unas veces vienen personas a despertarnos de largos letargos, “¡espabila!” era la frase preferida que me decía una de esas personas especiales hace unos meses. Mientras que otras lo que vienen es a frenarnos, equilibrarnos, a ayudarnos a pisar más sólido.

Las hay que nos acompañan toda la vida y las que caminan con nosotros unos instantes. Las que nos toman de la mano y las que nos empujan. Las que nos roban una sonrisa y las que nos liberan de unas lágrimas que sobraban. Las que nos enseñan directamente y las que son mucho más sutiles. Las hay que las damos por sentadas y nunca les agradecemos lo suficiente porque estamos demasiado pendientes de lo que no nos dan como para ver que lo que nos han dado supera con mucho lo que anhelamos. Las hay que darían la vida por nosotros y las que nos matarían, normalmente haciéndonos  más fuertes.

Hay seres humanos de diferentes creencias, culturas, razas, opiniones, criterios, valores, estilos… y cada uno de ellos es tremendamente especial y, si se ha cruzado en nuestra vida, es que tiene algo para nosotros. Abre los ojos, mira profundamente a los ojos del otro, conecta con el corazón, siente el Alma, cada persona es especial y si bajas un poquito las barreras te tocarán con su magia, de la manera adecuada, aunque no siempre de la que tú esperas.

Yo hoy soy especialmente consciente y agradezco de manera especial a todas las personas con las que tengo la suerte de haber compartido algún tramo de este mágico camino que es la Vida. Me siento afortunado, muy afortunado.

Estas y muchas más


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